jueves, abril 03, 2008

Vaya día el de hoy...

Menudo día el de hoy. Resulta que hoy tenía acadia en Gijón antes de ir a unas prácticas. La hora de la clase era las 8 de la mañana, por lo que ya me tocaba madrugar para estar pronto en Gijón, pero bueno, eso nunca me ha importado. Por una vez, intento buscar sitio cerca de la academia para aparcar en vez de ir a un parking. La razón: Tengo prácticas a las 10:15 y la clase acaba a las 10, por lo que tengo que salir y coger el coche lo antes posible para asegurar que llego. Todo iba sobre ruedas. Llego con tiempo de sobra para buscar sitio y encuentro uno que está a menos de 200 metros de la academia y que me permite salir por el sitio más rápido para ir a Viesques. No podía pedir más. La clase en la academia va perfectamente, como era de esperar, y acaba un poquito antes, por lo que no voy a tener problema ninguno para llegar a las prácticas. Y entonces empieza...

Resulta que el coche decide que no quiere funcionar. El sábado pasado había dado un problema con la batería, pero ya estaba solucionado. Llevaba sin moverse un mes, por lo que era normal que estuviera descargada, aunque ya se había solucionado y había movido el coche para otras cosas sin problema ninguno. Pero decide hacerme la puñeta. El coche arranca, pero en cuanto freno un poco (un semáforo, por ejemplo), se cala. Total, que pienso que a lo mejor es al arrancar sólamente y que, si lo muevo, funcionará hasta llevarme a Viesques y allí, después de las prácticas, ya vería que hacer. Pero no, está tonto y quiere tocarme las narices. Se me apaga varias veces más y al final quedo tirado en una calle de Gijón, aunque consigo echar el coche a un lado para estorbar lo menos posible. A todo esto, iba yo sólo en el coche, pero Kitty, que se volvía para Oviedo porque no tenía que hacer las prácticas, vio todo lo que pasaba y me acompañó en mi aventura. Y menos mal, porque si no me hubiera aburrido.

Total, que quedo tirado en Gijón (C\ Pérez de Ayala en concreto) y llamo a los del seguro, que me dicen que enviarán a alguien lo antes posible. Y el tiempo pasa y no llega nadie. Me llaman al móvil para decirme que en cualquier momento llegará la grúa... y el tiempo pasa y no llega nadie. Al final llegó quien tenía que llegar. A decir verdad, no tardaron tanto, pero es que el tiempo pasó muy despacio. Cargó el coche en la grúa y para Oviedo nos fuimos los cuatro (el de la grúa, Kitty, el coche y yo). Una vez en Oviedo dejamos el coche en el taller y todavía no sé que tiene, pero seguro que es algo caro para tocar las narices...

En resumen: No llegué a las prácticas, pero mandé un mail al profesor y parece que mañana a lo mejor hay un hueco en el grupo para que pueda hacerlas. Y yo que había planeado todo el recorrido por Gijón para llegar pronto a Viesques y todo eso... Ahora que lo pienso, menos mal que hoy aparqué fuera de los Fresnos, porque como tuviera que meter la grúa en el parking del centro comercial y todo eso... puf, sí que hubiera sido un coñazo.

Bueno, siempre hay una primera vez. Un saludo y gracias por leerme.


P.D: Por lo menos, voy a poner un vídeo de esos que siempre consiguen sacarme una sonrisa

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