Previously, on "The life of Kal".
Un año más, o un año menos. Elija usted la opción que prefiera. En este, mi blog, buscamos un ambiente blanco y familiar, así que, por qué no, vamos a ser optimistas. Un año más entonces. Y bastante bueno, si se me permite decirlo.
Es curioso como el año 2008 lo terminé de la peor manera posible. Me refiero a que estaba bastante jodido por temas personales (el mal que hacen las mujeres es lo que tiene). He de decir que, durante la primera mitad del año 2009, la tónica no cambió mucho y seguía bastante fastidiado en ocasiones, aunque menos, eso sí. Pelillos a la mar, es hora de mirar para adelante. Hoy día mi situación es completamente distinta. Como ya he dicho, divido el año en dos partes muy diferenciadas que además son de seis meses cada una.
La primera mitad del año, como ya he dicho, me la pase comiéndome el coco bastante con el tema que ya comenté (vamos, mi ex). El problema que tuve fue, probablemente, que esperaba que las cosas fueran de otra manera. Cuando uno está tanto tiempo con alguien (más de 5 años) espera que, si al final lo dejan, tener algún tipo de relación, aunque sea sólo de amistad. Bueno, por lo menos es lo que yo pensaba (y me hubiera gustado). Parece que me equivocaba, porque hay cosas que no se pueden forzar y que tienen que ir saliendo y, por lo que veo a día de hoy, no eran las cosas como yo creía. Por lo menos puedo decir que tengo la conciencia muy tranquila porque, me parece, que puse de mi parte todo lo que tenía que poner y puede que un poco más, pero las cosas salen como salen y tampoco tengo absolutamente nada que reprocharle a nadie en este momento, aunque la situación no sea la que me esperaba.
En esta primera mitad de año la verdad es que, mientras que en temas personales no me iba muy bien, en lo académico poca queja tuve. Me fui quitando asignaturas importantes y, con los exámenes de Septiembre, limpié el primer ciclo. Puede parecer una tontería, pero pocas veces me he sentido más aliviado que cuando vi por primera vez que sólo me quedaban cosas de cuarto y quinto. Parecía que no iba a quitar alguna de esas asignaturas en la puñetera vida.
Llegamos a la segunda mitad del año. El renacer, si se quiere ver así. Se dice que el tiempo todo lo cura, pero yo creo que más que el tiempo, es necesario tener distancia para poder ver las cosas con mejor perspectiva. Durante el verano pasaron un montón de cosas que hicieron que este fuera, sin lugar a dudas, el mejor verano que he tenido desde que empecé la carrera.
Empezamos con la llegada de un miembro peludo a la familia. No, no me refiero a mi hermano que llegaba de Santander sin afeitar desde vete a saber cuando. Mi hermana se trajo un perrín de Madrid que le regalaron unas amigas y, pese a las reticencias iniciales de mi padre, se ha ganado un huequín en la familia y es la leche de simpático, aunque a veces es todo un cabroncete. De cualquier maner, el Duff siempre te recibe como si no te hubiera visto desde hace días, y te da un cariño incondicional que siempre se agradece. Ahora mismo estoy oyendo a mi padre gritarle en el salón, imagino que le estará mordiendo las zapatillas. Que majo es el hijo puta.
Después vino la boda de mi hermano. He de decir que a este evento le tenía algo de miedo porque pensaba que me iba a recordar demasiado a mi ex y todo ese asunto y pensaba que iba a ser un día en que lo pasaría bastante mal. Nada más lejos de la realidad. Una boda que parecía gitana porque empezó el viernes y acabó el domingo. Madre mía, que bien me lo pasé. Encima el domingo nos invitaron los novios al balneario de Las Caldas. Menuda forma de terminar la juerga.
Cronológicamente ahora tengo que hablar de otra de las buenas noticias que, comparadas con las demás, queda en nada, pero ya que estamos, pues lo decimos: Después de estar durante semanas yendo a clases con mi hermano pequeño y mi hermana, conseguí el handicap de golf. Me costó una microrotura de fibras por burrín y llegué a apuntarme a clases de pilates para ver si ganaba algo de elasticidad (por cierto, funcionó). Ahora mismo lo tengo un poco apartado, pero por lo menos ya tengo la licencia y ya habrá tiempo de retomarlo. Espero que sea como montar en bici. Lo mejor de todo es que, como tengo hermanos mayores que juegan al golf, fuimos heredando palos, así que nos ahorramos algo de pasta.
Y entonces llegó ella. La nueva generación de González ya se encuentra entre nosotros. La sobrina, que tanto esperábamos, se adelantó tres semanas, pero llegó perfectamente y ahora, con cuatro meses, parece que tiene seis y es una ricura de niña. Además, me toca ejercer de padrino, así que la ilusión es doble. Vamos, que en casa estamos que no meamos con la niña. Ya tiene comprados sus reyes y todo.
Luego llegaron los exámenes, donde me quite dos de cuatro, que no está mal del todo, y después pasamos a las fiestas de San Mateo. Madre del amor hermoso. Yo nunca fui una persona de salir mucho, pero este San Mateo, ya que podía y no tenía que volver a casa pronto para acompañar a nadie, lo pasé entero en la calle. Una semana seguida saliendo hasta las tantas que, al final, pasaron factura y el séptimo día estalló una gripe que, la verdad, tardé bastante en curar. Yo creo que era gripe A, pero no fui al médico ni nada, así que vete tú a saber.
Todo esto que os he contado pasó en verano, de ahí que os dijera que ha sido el mejor verano de mi vida. Como para no.
Después del verano empezamos las clases. Este año un poco más apurados por plan de Bolonia, que cambia el calendario, pero aún así, se empezó con ganas y tengo bastantes ilusiones de cara a los exámenes. A ver si con un poco de suerte, entre este año y el siguiente, finiquitamos todo el asunto y pasamos a cosas más serias e importantes.
Además, subió el Oviedo, que cojones, que me hizo una ilusión de la leche. Este año me habían hecho socio mis hermanos, pero para la nueva temporada ya me lo hice yo y a la sobrina también. Como vuelva a subir este año puede ser mundial. La pena es que el Madrid no hiciera nada de nada, pero es que con el Farsa como estaba este año poco se puede hacer, la verdad.
No quiero terminar sin recomendar alguna de las películas que he visto este año: Tenéis suerte, ya que sigue en cartelera. "Avatar" merece la pena verla en 3D, así que más os vale que no me entere que la veis en cutre-screener porque Kal os hará una visita y os incinerará con su visión calorífica por zafios y burros. También guardo una grata impresión de "El imaginario del Dr. Parnassus" que no esperaba que me gustara tanto.
Bueno, menudo tochazo he soltado. Sean ustedes felices y muchas gracias por leerme. Un abrazo y feliz 2010.
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